El pago de un seguro de vida no desgrava impuestos, es decir, no produce una deducción directa en ningún impuesto.

Las indemnizaciones del seguro de vida tienen reducciones por parentesco entre el asegurado y el beneficiario, en caso del fallecimiento del asegurado en el Impuesto de Sucesiones, además a estas indemnizaciones se les aplica otra reducción directa de 9.195,49 € por cada beneficiario cuando el parentesco con el fallecido sea el de cónyuge, ascendiente y descendiente de 1º grado o adoptado.

Hay que tener en cuenta que en función de cómo esté contratado el seguro de vida, dependiendo de quien lo pague, quien esté asegurado y quien cobre las indemnizaciones, es decir, de quienes sean el Tomador, el Asegurado y el Beneficiario, el cobro de las prestaciones del seguro de vida afectará directamente en el Impuesto de Sucesiones y Donaciones o en el IRPF.

Es importante tener claro cómo puede afectar fiscalmente el cobro de las indemnizaciones ya que en muchas ocasiones son indemnizaciones económicas de cuantías elevadas que llevan asociadas cargas fiscales importantes.